
La vida propia pasa por todas partes, incluso por el final de la vida ajena*. Nunca sabemos (nunca sé) qué acontecimiento puede disparar las alertas dentro de nuestra mente.
Estamos tan habituados a los crímenes, las estadísticas de accidentes de tránsito, las noticias de catástrofes, las imágenes de atentados terroristas, que la muerte se torna algo con lo que convivimos permanentemente, tanto que, como en cualquier convivencia, se pierde de vista entre las otras cosas.
Antiguamente, cuando el hombre vivia en comunidades muy pequeñas y casi tribales, la desaparición de cualquiera de sus miembros causaba una fuerte conmoción en el resto de la comunidad, hoy solo nos afecta de esa manera la pérdida de un familiar o de una figura relevante (dentro de nuestra particular escala de valores).
Y de la manera en que nos afecta es tomando conciencia de la fragilidad con la que estamos construidos o del paso inevitable de los años y su lógico desenlace. Cada minuto se va alguien de éste valle de lágrimas, algunos se van antes de poder hacer todo lo que pudieron o debieron haber echo, otros mucho después de hacer lo que nunca debieron haber echo y unos pocos, cuando les llega la hora, tienen la casa en orden, las cuentas saldadas y un camino recorrido en compañia de sus afectos.
Cada cual piensa en su propia muerte desde distinta óptica. Algunos quisieran que cuando ésta los visite hayan tenido tiempo suficiente para ver realizados algunos sueños personales (como un viaje por ejemplo), otros solo ruegan que llegue rápida y sin dolor, algunos se angustian por los que quedan detrás, otros por lo que les espera adelante... existen tantas formas de pensar en la muerte como las que hay de pensar en la vida, eso es seguro.
Personalmente no es un tema que me obsesione ni mucho menos pero al pensar en mi propio final inevitablemente eché una mirada al camino recorrido y a lo que falta por andar, fué ahí cuando sonó la alarma. Porque se está haciendo un poco tarde y aún queda mucho camino por recorrer (y no es cuesta abajo precisamente).