Lo que comenzó como un simpático movimiento alrededor del naif pedido de un pibe que quería irse de vacaciones en Enero termina siendo una campaña publicitaria falta de toda ética perpetrada por una agencia publicitaria para una marca de fernet.
Pueden ver los detalles
aquí, en un blog que se creó exclusivamente para iniciar una contracampaña que desenmascare a estos sinverguenzas.
Algunos dirán: "...y cuál es el problema de usar un blog como campaña publicitaria? A mi la idea me parece original". Bueno, el problema no es el medio y ni siquiera el contenido, aunque convengamos que la publicidad últimamente parece dirigida a infradotados, el problema radica en que se está jugando con la solidaridad de la gente y juntando firmas (voluntades, votos) para una mentira. Ya no se trata de publicidad engañosa sino de un burdo engaño para después obligarte a aceptar una realidad muy distinta a la que vos aspirabas (cualquier parecido con la política es mera coincidencia).
En publicidad no existen regulaciones muy claras en relación a éste tipo de campañas salvo las que regula el medio, en todo caso en la mayoría de los mismos existe una norma y que es la da advertir al publico que "eso" que ud. va a presenciar es un espacio publicitario, pagado o no. Acá ya estamos rompiendo códigos porque a nadie se le advirtió en este caso en particular, digo códigos porque en Internet y específicamente la blogosfera, parece no contar con este requisito. Pero lo que si se esta rompiendo es con todos los códigos de ética profesional y social si se quiere. Mentir, engañar, manipular y encubrir ese engaño no son faltas menores, no deberían serlo, porque de ser así, si persistimos en esa filosofía que dicta que el fin justifica los medios entonces estamos realmente en el horno como sociedad. Queres más?
así nos ven afuera del país... como el autor dice, cosa de argentinos.
Voy a citar a una
autoridad en materia de etica publicitaria que por ahí tiene algo que decir al respecto:
"Los griegos ya tenían la sana costumbre de distinguir entre la retórica y la sofistica. Para ellos, al menos para los pensadores de la Grecia clásica, retórica era el arte de hacer verosímil lo verdadero, a diferencia de la que consideraban como censurable sofística, dedicada a mostrar como verosímil lo falso. Siguiendo estos presupuestos, al menos en parte, la publicidad parece esencialmente emparentada con la retórica, y sólo accidentalmente vinculada con el saber de los sofistas."......"Lo ingenuo, en todo caso, es pensar que nuestros discursos carecen de consecuencias, que no crean y reproducen valores (o disvalores), y que llenar el universo simbólico de una creatividad exenta de más valores que ese mismo, la propia creatividad, es la puerta abierta a un mundo donde se valore cuanto hacemos y en el que, además, siga siendo posible hacerlo. Porque, seamos realistas, se antoja poco probable una sociedad mejor si quienes educan e influyen en la cultura –formalmente o no- borran con el codo cuanto escriben con la mano. Y, a veces, el excesivo apego al impacto creativo se realiza privilegiando antes el impacto que los valores asociados a esa misma creatividad. Quizás sólo ahora, en democracia creativa, cuando “todo parece permitido”, pueda afirmarse que no todo tiene el mismo valor, que no todo vale la pena.
Si la publicidad educa e influye culturalmente de hecho, incluso sin pretenderlo, las empresas deben asumir la parte que les toca en este juego de responsabilidades compartidas que es la sociedad: o todos ganan en los juegos sociales, o mejor estar lejos cuando se cumpla el refrán. Pues ya se sabe: quien siembra vientos, difícilmente coseche flores."
UPDATE: El Dr. Carlos Álvarez Teijeiro ha tenido la deferencia de autorizarme no solo a utilizar la cita anterior sino además a hacer público su "rechazo a toda publicidad engañosa, incluida ésta, en la que se manipula algo tan noble como la solidaridad".